jueves, 27 de septiembre de 2012

Vileza y traición





La nación española se va a enfrentar en las próximas fechas a un vil desafío por parte de la más repugnante casta parasitaria y expoliadora que gobierna en España. El traidor y cobarde nacionalismo catalán por fin ha mostrado su verdadero rostro ante toda España, y ha hecho pública  un hoja de ruta que tenía celosamente guardada demostrando que todos estos años de convivencia pacífica desde 1978 no han sido más que una gran mascarada. El nacionalismo catalán ha aprovechado este período de tiempo para ir despojando al resto de los españoles de bienes e inversiones,  y también para aprovechar su influencia política, hábilmente ejercida,  para hacerse más fuerte a la vez que debilitar a la nación española. Ha ejercido hábilmente y de forma vil, una actuación premeditada, consciente y alevosa de destrucción de España y construcción de un proyecto intrínsecamente perverso y lesivo para España, Cataluña incluida, y todo ello con el único fin de salvaguardar los intereses de una elite expoliadora, ladrona y ruin, intereses los cuales no son para nada coincidentes con los del conjunto de los catalanes y resto de españoles de bien.

Sinceramente da pavor escuchar y ver lo que está pasando en Cataluña. Años de adoctrinamiento y pensamiento único, sistemáticamente esparcido por medios de comunicación subvencionados de que son “la voz del amo” que les da de comer, medios que han perdido la más mínima ética tanto en el fondo como en las formas de los mensajes que trasmiten a la población. Y por otro lado un discurso oficial que los más altos jerarcas nazis harían propio sin problema alguno, repetido insistentemente incluso por los propios órganos de gobierno de Cataluña y que también es publicitado por organizaciones subvencionadas con fondos públicos. Puedo citar consignas de ese bombardeo repetitivo y si las analizamos con frialdad comprenderemos la malignidad de la situación y las mentiras y odio que se está sembrando de una forma consciente y con aviesa intención.

Una de las consignas, citada en el discurso oficial de la Diada de este año, dice que “el que no es independentista, es imbécil”.  Podríamos justificar esa expresión en el contexto de una conversación de taberna, pero tristemente esa consigna es el discurso oficial del nacionalismo catalán y así se hizo público en día 11 S 2012 sin recato alguno, ante todo el mundo. Negar la capacidad de pensamiento, de razonar, y de plantearse dudas a todo aquél que no asuma como propio el discurso oficial, es un síntoma inequívoco del complejo de superioridad de fascistas y genocidas.

Otra consigna nacionalista es el “expolio fiscal”, citado es esos mismos términos por los más altos representantes, portavoces  y cargos del nacionalismo catalán. En primer lugar es necesario poner de manifiesto que el “expolio fiscal” de Cataluña es una absoluta falacia, y no se entiende que un sistema de financiación de las comunidades autónomas que por ley es revisado cada cuatro años (la última revisión data de 2009), cada vez que ha sido revisado ha contado con la aprobación y acuerdo de los distintos gobiernos de Cataluña, fueran del signo político que fueran. Por lo tanto no es de recibo que ahora difundan consignas de un supuesto “expolio” según ellos crónico, cuando hasta hace dos días el sistema contaba con su aprobación. A mayores de esto, que entiendo ya desvirtúa cualquier discurso que pretenda divulgar esa falsedad, las mentiras lanzadas desde distintos foros y personajes son auténticas armas de generación masiva de odio. Es indefendible, es una vergüenza que desde el nacionalismo catalán se incendie al pueblo de Cataluña diciendo que cada catalán paga 2250 euros más al año que el resto de los españoles; que los catalanes pagan más impuestos...Todo mentira. Un catalán que gana un millón de euros al año, paga los mismos impuestos que un madrileño o un gallego, y un catalán que gana 1000 euros al mes también. Pero se manipula la información y los mensajes para que el pueblo, que está sufriendo los rigores de una crisis económica muy dura (en Cataluña acentuada por la corrupta y desastrosa gestión de los sucesivos gobiernos), tenga un “enemigo” en el que descargar su frustración e ira, y así las vergüenzas del nacionalismo quedan tapadas por una espesa cortina de humo. Y esas vergüenzas son una gestión económica desastrosa de Cataluña en las últimas décadas y una masiva corrupción de la clase política catalana, superior incluso a la del resto de España, que ya es decir.

Las balanzas fiscales entre comunidades autónomas son elementos que pueden estimarse según criterios muy dispares, y aún dentro de esos criterios existen elementos correctivos de valoración nada objetiva. Puede establecerse una cifra de déficit o superávit que interese, y a partir de ella hacer los cálculos a la inversa para justificar el resultado pues el margen para la manipulación es generoso, y como ejemplo exponer que según el estudio del gobierno nacionalista de Cataluña, el beneficio que la política exterior española (con un coste 870 millones en cuerpo diplomático, embajadas, ayuda a la cooperación, etc ) supone para Cataluña un efecto positivo despreciable  (1 millón de euros), pues parece ser que los catalanes y las empresas catalanas que exportan no se benefician ni han beneficiado nunca de ella. Si ante algo tan objetivamente incuestionable no tienen recato en manipularlo de forma tan grosera, qué no harán en otras materias en las que por lo farragoso de los cálculos es complejo llegar a conclusiones. Al final de esta entrada hay un enlace a un documento en el que se describen parte de las manipulaciones del gobierno nacionalista de Cataluña en esta materia.

Es impresentable que desde el gobierno de Cataluña se promueva y financie un video en el que una señora, supuesta experta en economía, tenga la desfachatez de decir que: “si el expolio cesase un mes, tendríamos dinero para dar de comer gratis a todos los niños catalanes durante un año”. Quítese “catalanes” y póngase “alemanes” y Joseph Goebbels firmaría sin problema alguno refiriéndose al expolio de los judíos en la Alemania de la preguerra. ¿Nos estamos volviendo locos? ¿Por que camino nos quieren llevar?

Sea como fuere, lo evidente es que Cataluña es una región que goza de un nivel de renta y calidad de vida muy superior a la media española y europea, y que tiene un autogobierno con unas amplísimas competencias, y la imagen distorsionada que se pretende transmitir a la sociedad y al mundo es que Cataluña es un territorio ocupado militarmente, expoliado por unos impuestos abusivos que no pagan el resto de los españoles, saqueado por una potencia extranjera y en el que se impide por la fuerza cualquier expresión de libertad. Habría que tomar nota de Francia, que por no ceder competencias hasta ni otorga estatus oficial a las lenguas que no sean el francés y así en el Rosellón y la Cerdaña el idioma catalán es una lengua que oficialmente no existe y está en vías de desaparecer, mientras que en la “Cataluña ocupada del Sur” rotular un comercio en castellano implica multas desproporcionadas. Es el clásico ejemplo de cuando das la mano, que quitan el brazo. Mejor nos irá aplicando un modelo de estado centralizado, y el que no esté a gusto tiene la puerta abierta para irse cuando desee, por ejemplo a Francia donde seguro que van a encontrar un ambiente muy "propicio" para continuar con su labor insidiosa. La actitud del nacionalismo insolidario catalán es similar a la del hijo malcriado de aborrece de todos los favores y desvelos de sus padres; escupe la mano de quién le consiente y le da amparo, y se echa en brazos del primero que se cruza en su camino. ¿Por qué España, que generosamente ha reconocido como propias y apoyado las particularidades e idiosincrasia de Cataluña, tiene que soportar desprecios e insultos? ¿Por qué Francia, que ha aniquilado todo atisbo de particularismos negándoles el pan y la sal, es puesta como ejemplo de país avanzado y democrático?

Ante este reto de una casta traidora y cobarde, España tiene que responder con máxima firmeza y desplegar todas las armas del estado de derecho y de la política. Ante la primera ilegalidad hay que suspender la autonomía a Cataluña y procesar a los responsables por alta traición.




jueves, 6 de septiembre de 2012

Globalización y recursos.

La historia es una repetición de ciclos en los que las formas cambian, pero las causas profundas de cada ciclo suelen permanecen invariables. Es posible que estemos viviendo las fases iniciales de un nuevo ciclo en la historia del mundo asociado a la globalización, y esos cambios están generando tensiones sociales, económicas y políticas que en último extremo están ocasionadas por una lucha por el control de los recursos. Cada cambio de ciclo, la humanidad y los países comenten errores y aciertos. De los errores debemos aprender, pero rara vez lo hacemos. Se suelen repetir periódicamente hambrunas, guerras, genocidios, limpiezas étnicas, enfrentamientos que perduran generaciones y decisiones que sin ser tan trágicas, el tiempo acaba por revelar como erróneas para los países y para los pueblos.

Si bien la riqueza global en términos absolutos ha crecido, en términos relativos ni crece ni decrece; ni se crea ni se destruye, simplemente cambia de manos, y en un escenario en el que la población mundial se ha duplicado en pocas décadas y en el que áreas extensas y gran número de población están empezando a jugar un papel importante en la economía y política, es normal que se produzcan movimientos que alteran el  equilibrio en el que nos habíamos acostumbrado a vivir. Por lo tanto es necesario que los países que nos enfrentamos a esos cambios con efectos negativos, tengamos la capacidad de abordar los problemas con conocimiento, objetividad y visión a largo plazo.

Esta reflexión viene a cuento de las variadas iniciativas que de una temporada a esta parte han resurgido con cierta intensidad en varias partes del mundo, en las que movimientos separatistas están reactivando su mensaje. Escocia, Cataluña, Quebec, País Vasco o Flandes son ejemplos próximos en nuestro ámbito. Si bien estos movimientos no son nuevos, si es curioso el hecho que hayan dejado atrás o en segundo plano argumentos de naturaleza histórica, cultural, étnica, lingüística o política; ahora los argumentos principales son de naturaleza económica: "autosuficiencia", "expolio fiscal", etc, es decir, la lucha por los recursos. Ya que los primeros argumentos no han sido suficientes para que su mensaje cale en la sociedad, en estos momentos de crisis global aprovechan la inquietud de la población para pescar prometiendo un futuro de abundancia. Oportunismo puro y duro, o posiblemente la evidencia de que el soberanismo es un movimiento pendular que se mueve en base a intereses económicos, y que todo lo demás no es más que una fachada. No es responsable que así lo hagan, y además esa tendencia no tiene por qué finalizar en esos territorios y llevada a su máximo exponente el modelo final sería el de las "ciudades estado", propio de la Edad Media y que no es deseable. Los movimientos pendulares que antes cité tienen lugar en períodos concretos, y las decisiones que se tomen en esos momentos tienen que valorarse teniendo en cuenta que los escenarios son muy cambiantes, cada vez más, y lo que hoy parece evidente, quizá mañana no lo sea tanto, pero las consecuencias suelen ser irreversibles.

Señalo también la circunstancia que estos movimientos tengan lugar en el primer mundo, en países occidentales de primer nivel y con democracias muy asentadas y que, de momento, mantienen una buena posición en el escalafón de la economía mundial, mientras que países y áreas emergentes no pierden el tiempo con esas tendencias centrífugas, o simplemente no las consienten.