lunes, 30 de abril de 2012

El diputado Garzón y la perfección

Deseo hoy destacar lo que hace unos días, en un informativo de la televisión, tuve oportunidad de escuchar y ver. Se trataba de una entrevista en el canal 24 horas de TVE a un diputado por Málaga de IU en el Congreso, un tal Garzón Espinosa, presentado por el conductor del programa como el diputado más joven de la actual legislatura. El señor diputado, de 27 años,  dice ser licenciado en Económicas por la Universidad de Málaga y Máster en Economía Internacional por la Complutense de Madrid.

Después de mucho hablar y no decir gran cosa, tornó la entrevista hacia la polémica que había causado días atrás el percance del rey durante una cacería en África. Y llegados a este punto se abrió la veda, y comenzó el señor diputado a disparar sin tregua en contra  la institución de la monarquía en general.  Su línea argumental era plana y monocorde: "la monarquía es una institución anticuada e incompatible con una democracia real", "con la monarquía una democracia no puede ser perfecta". Es muy respetable su opinión, pero lo que pasó después no tiene desperdicio. Una periodista, que podría ser su madre, le puso como ejemplo de monarquías democráticas a Holanda, Dinamarca, Suecia, Noruega, Luxemburgo, Bélgica, Reino Unido, Japón...Vamos, la crema del mundo, y le preguntó si consideraba que esas democracias no eran perfectas. Y el señor Garzón, sin inmutarse, respondió que por supuesto que no. Todos los periodistas presentes se revolvieron en sus asientos y cuando estaban prestos a profundizar en la brecha, el conductor del programa le hizo al diputado el favor de su vida dando por cancelada la entrevista. Fue una pena pues el tema prometía y mucho. Quedé intrigado por saber lo que el señor Gazón Espinosa entiende por "perfecto". Quizá para él, la monarquía democrática perfecta sea la de Corea del Norte, o quizá Marruecos, y para ejemplo de repúblicas democráticas también perfectas, ahí sí que tenemos abundancia y difícil debe tener la elección el joven diputado: Ucrania, Rusia, Venezuela, etc.

Bueno, y el mejor ejemplo de que por supuesto España tampoco es una monarquía democrática perfecta lo demuestra el propio hecho de que el señor Garzón Espinosa ocupe un escaño en el Congreso, y que todos los meses los españoles le paguemos una abultada nómina y lo cubramos de privilegios, y él a cambio sólo tenga que calentar el escaño, decir cuatro frases huecas y alguna que otra chorrada.

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