lunes, 30 de abril de 2012

Nacionalismo y manipulación

El nacionalismo vasco es un fenómeno digno de estudio. No hay en la historia procesos de reclamación de soberanía con los que guarde similitud en su causa y en sus manifestaciones. Tras más de 800 años de haber entrado a formar parte de los pueblos que gestaron la actual España, el nacionalismo escribe y describe la historia para reforzar argumentos y alimentar a su parroquia. En los siguientes párrafos hago unos comentarios sobre tres cuestiones sobre las que hay que matizar el discurso nacionalista.

Hace 800 años guipuzcoanos, vizcaínos y alaveses se unieron a la corona de Castilla. A pesar de que las fuentes históricas no han sido capaces de aclarar muchos datos de toda esa época, lo que sí parece cierto es que la relaciones de los territorios vascos con los reinos castellanos nunca supusieron causa de enfrentamientos y conflictos significativos, más bien lo contrario. La conquista, adhesión, ocupación, unión o lo que pudo pasar, de los territorios de Vizcaya, Guipúzcoa y Álava se materializó de una forma de la que no hay indicios históricos que generase conflictos armados y sometimiento a sangre y fuego. El proceso debió contar con la anuencia de la población y de las clases dirigentes vizcaínas y guipuzcoanas. Otra cuestión era Navarra,  aliada de Francia, y que según se manifiesta en algunas fuentes, buscaba una salida al mar a través de Guipúzcoa y Vizcaya lo que generó repetidos conflictos. Éstos territorios buscaron el amparo de Castilla, enemiga de una Navarra aliada de Francia, lo que propició su integraron en la corona castellana, jurando los reyes castellanos respetar los fueros.

Por otro lado, el origen de los primeros reinos de Castilla puede estar en ciertas tribus vascas del occidente que habían sido intensamente romanizadas, y hay indicios de que el euskera era hablado en los siglos XII y XIII en gran parte del tercio norte peninsular, desde Asturias hasta Cataluña. Hay datos más recientes que delatan el uso del euskera hasta el siglo XVII en La Rioja, en el norte de Huesca e incluso en zonas de la provincia de Zaragoza. Su declive, como ocurre con otras lenguas minoritarias, se debió a que no llegó a ser un idioma de uso en cuestiones oficiales, siendo desplazado primero por el latín y posteriormente por el castellano. Pero marginar al euskera nunca fue intención ni objetivo manifiesto de Castilla; otra cosa es que se fomentara el castellano.  Ya en el siglo XIII, fueron los propios junteros vascos los que exigían conocer el castellano para poder ser miembro de las Juntas que gobernaban los territorios, y no precisamente por imposición de los reyes de Castilla. Ahí empezó el declive del euskera, y en contra de lo que muchos puedan creer ni Franco ni la Guardia Civil  tuvieron algo que ver con esas decisiones. Está extendida la creencia que los casi cuarenta años de dictadura franquista fueron los que llevaron al euskera a la situación en la que se encontró a finales de los años setenta del siglo XX. Obviamente el franquismo no ayudó al euskera, pero la situación del euskera en 1936 ya era crítica. Y las mismas dificultades fueron las que han padecido otras lenguas como el gallego y el catalán desde hace siglos, y si la situación del gallego y del catalán es muy distinta a la del euskera, pues alguna responsabilidad habrán tenido en ello los propios vascos, independientemente que por supuesto es una lengua más complicada de dominar.

Afortunadamente hoy el euskera está en proceso de recuperación, y salvar una lengua tan peculiar y antigua es una obligación no sólo de los vascos, también de todo el mundo, pues es un patrimonio cultural extraordinario y la cultura no tiene fronteras.  

Y por último una observación sobre el argumento que trata de identificar el antiguo reino de Navarra con el proyecto de Euskal Herria. Si fuera así, ¿por qué en 1512 guipuzcoanos y alaveses se enfrentaron y derrotaron a las tropas francesas y navarras, las cuales pretendían recuperar el reino de Navarra que meses antes había sido incorporado a la corona de Castilla?. Desde esas fechas hasta 1979, en el escudo de Guipúzcoa figuraron los 12 cañones que en la batalla de Belate los guipuzcoanos capturaron a los franceses y navarros. ¿Por qué se eliminaron esos cañones del escudo? ¿Acaso eran un obstáculo para el proyecto de Euskal Herria?



Este es el antiguo escudo de Guipúzcoa, con casi 500 años de antigüedad: los doce cañones, el rey, y los tres tejos en representación de los tres partidos en los que se divide la provincia.







Esta es una versión más moderna pero que mantiene todos los elementos.







Y esta es la versión actual instaurada en 1979. Ni rey ni cañones.

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